La pasión por las hormigas se le nota nada más descolgar el teléfono. “Soy muy friki, yo lo sé”. Empezó él solo, enviando paquetes a los miembros de la comunidad, y ya “somos 17 personas trabajando”, cuenta a NIUS Roberto. A las afueras de Trebujena, en Cádiz, tienen una nave donde se encargan de fabricar los hormigueros, el empaquetado y preparar los envíos. No dan a basto, con el coronavirus las ventas se han incrementado: “Mandamos hormigueros a más de 100 países”, relata.